terça-feira, 26 de janeiro de 2010

As mulheres no Haiti

Las mujeres aún mueren por el seísmo

Los médicos se quejan de que muchas embarazadas no acuden a los hospitales por falta de dinero y de información

Los abusos y violaciones son silenciados



Francisco Peregil, enviado a Puerto Príncipe
El País, Madrid, 25.1-10
http://www.elpais.com/


Ahora que por fin se pueden ver en muchas zonas de Puerto Príncipe colas bien organizadas de gente recibiendo agua y comida; ahora que el Gobierno ha anunciado que los que se han quedado sin casa ascienden a un millón, los heridos son cerca de 200.000 y los muertos más de 150.000..., ahora mismo siguen muriendo en Haití mujeres a causa del terremoto. Pero ya no engrosarán ninguna estadística. Morirán en silencio, muchas de ellas en su casa, sin asistencia médica ni fotógrafos alrededor.

En Haití nunca es raro que las mujeres tengan que dar a luz en su propia casa sin ninguna ayuda, en el más absoluto de los desamparos.

Lo explica la enfermera noruega de Médicos sin Fronteras Veronica Gran, en el hospital Saint Catherine del barrio Cité Soleil, rodeada de parturientas en tiendas de campaña. "Unas mujeres no vienen nunca al hospital porque no tienen dinero ni siquiera para el transporte. Otras, porque no saben que el parto es gratis, que no se les va a cobrar nada. Y otras, porque saben que se han priorizado las intervenciones de cirugía sobre el resto de la atención médica. Como ocurre en todas las catástrofes, las principales víctimas han vuelto a ser la gente más débil: las mujeres y los niños".

"Estoy convencida de que al hospital vienen muchas menos mujeres de las que deberían", añade Gran. "Y muchas de las que están viniendo llegan demasiado tarde, sin que se les haya hecho ningún seguimiento médico durante el embarazo. Padecen infecciones de orina, algo que habría sido muy fácil de tratar si se hubiera detectado a tiempo. Pero como no se hace, las probabilidades de que el niño nazca con infecciones son muy altas. Otras llevan sufriendo contracciones en su casa desde hace varios días y en medio de tanto dolor no saben adónde acudir. Cuando llegan aquí traen el bebé muerto dentro de ellas. Otras han venido con la presión muy alta y con anemia y sus hijos han nacido muy pequeños y muy débiles".

"Pero si tienes un equipo para partos y no sabes cómo usarlo, de poco sirve. Las mujeres con anemia, si empiezan a sangrar, es muy difícil que superen el parto con vida", señala la enfermera de Médicos sin Fronteras que ha repartido el material.

En la maternidad del Centro Ginecológico Isaie Jeanty & Leon Audain, el médico residente de tercer año Bordes Edouard certifica que las mujeres han sido apartadas para atender casos supuestamente prioritarios. Y lamenta la desinformación que sufren las parturientas. "Este hospital cerró cuando el terremoto, pero abrió hace tres días y muchas mujeres no lo saben, a pesar de que estamos anunciándolo por la radio. Otras creen que aún hay que pagar por dar a luz, cuando desde hace unos meses los partos son gratis en los centros públicos".

Si difícil es para las embarazadas llegar a los hospitales, para las violadas el camino se hace inútil. Paul Henock, gerente del centro ginecológico citado, asegura que desde el día del temblor han llegado al hospital tres mujeres para que se las examinase después de haber sido violadas. "Pero las hemos tenido que remitir a otros centros porque no había tiempo para atenderlas", indica Edouard.

Un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo en Haití publicado en 2006 indicaba que un tercio de las mujeres del país habían sufrido violencia física o sexual. Y que la mitad de ellas eran menores de 18 años.

En el distrito de Carrefour se han organizado patrullas ciudadanas para proteger a los cientos de personas que viven ahora en las calles. Como el edificio del Ayuntamiento de Carrefour quedó destruido, el alcalde recibe sentado bajo un árbol a todas las familias que van a pedir dinero. La asistente social Malía Joseph atiende a las mujeres.

-Aquí vienen muchas que no tienen dinero, están solas y no saben adónde ir. Para mí eso también es una clase de violación.

-¿Pero cuántas han llegado desde el terremoto para denunciar violaciones físicas?

-Ninguna. Para eso van a la comisaría.

Medio kilómetro más allá, el subcomisario de Carrefour, Angenor Pierre, sentado a la sombra con una pierna cruzada sobre la otra, confiesa:

-Han venido brigadas de ciudadanos para decirnos que hubo dos intentos de violaciones. Pero no hemos tenido tiempo de investigar nada hasta ahora. A partir del martes lo haremos. De todas formas, aquí no suelen venir las mujeres cuando las violan.

-¿Adónde van, entonces?

-A un colegio de monjas que hay ahí arriba.

Finalmente, en el colegio de salesianos de Carrefour pueden verse cientos de tiendas de campaña que se han levantado para acoger a los que se han quedado sin casa. Junto a ellas, la monja colombiana Rocío Pérez, de 67 años, que llegó hace 44 a Haití. "En este país las mujeres hacen de mamá y de papá. Son ellas las que traen a los niños a las escuelas y las que se ocupan de las casas. Los hombres pobres son muy negligentes". Rocío Pérez comenta que el sábado llegó una mujer sola que parió ahí mismo, en una tienda.

-¿Y mujeres violadas han llegado?

-De eso no sé. Pero en este país ése es un problema muy antiguo. El Gobierno siempre dice que va a hacer algo contra los bandidos, pero nunca hace nada. Yo recuerdo que a menudo, en el barrio donde yo trabajaba, antes se comentaba que las niñas jovencitas salían a por agua por la noche y a menudo las violaban. Pero ellas no decían nada. Nunca dicen nada.

Si éstas son las vueltas que un blanco ha de dar para sacar algo en claro sobre las violaciones después del terremoto, cuántas no dará una mujer negra, con marido o sin él, que duerma en la calle y que se haya armado de valor para denunciar una violación. Y si decidiera abortar, más le valdría desechar la idea. "Un aborto cuesta desde los cien dólares que cobra cualquier médico charlatán de los que te encuentras en la calle hasta los 250 de uno serio", informa la asistente social Malía Joseph.

quarta-feira, 20 de janeiro de 2010

Aborto e direitos humanos

Artigo de Débora Diniz* publicado no Jornal Correio Brasiliense.

A descriminalização do aborto é questão na agenda política da Secretaria de Direitos Humanos no Brasil. A recomendação do recém-lançado 3º Programa Nacional de Direitos Humanos (PNDH) é de que o Legislativo descriminalize o aborto modificando o Código Penal. Há muito tempo o Ministério da Saúde e a Secretaria Especial de Políticas para as Mulheres defendem a tese de que a descriminalização do aborto é uma necessidade de saúde e de proteção aos direitos das mulheres. Sendo assim, o que há de novo nesse reconhecimento de que a descriminalização do aborto deve ser uma ação prioritária de direitos humanos pelo Estado brasileiro? Certamente a recomendação do PNDH não é um simples ato retórico, em particular pelos riscos políticos que o tema provoca em um ano de eleições.

Os direitos humanos fazem parte de um acordo entre as nações. Como resultado de um ato racional de escolha, optamos por viver em sociedades que os respeitam em detrimento dos regimes totalitários ou ditatoriais. Ações básicas de nossa vida social, como o direito de ir e vir e a liberdade de expressão ou de pensamento, traduzidos em atos coloquiais, como ter o direito de frequentar uma comunidade religiosa, estão sob a proteção da cultura dos direitos humanos. Uma nação que assume o marco dos direitos humanos como ponto de partida para o funcionamento de suas instituições básicas é aquela que reconhece nas liberdades fundamentais, em particular no direito à vida, na liberdade e na dignidade, os princípios éticos para o gerenciamento de seus atos e políticas.

Descriminalizar o aborto é uma ação de direitos humanos exatamente por proteger as liberdades fundamentais das mulheres: direito à vida, em razão dos riscos envolvidos no aborto realizado em condições inseguras; direito à liberdade por reconhecer o caráter soberano das escolhas individuais em matéria de ética privada; direito à dignidade, pois somente uma vida com liberdade e segurança pode ser qualificada como digna. No entanto, se afirmar positivamente a descriminalização do aborto como uma medida de direitos humanos pode ainda soar estranho para aqueles que o entendem como uma ameaça religiosa ou como uma violação de direitos potenciais do feto, talvez seja mais simples demonstrar o quanto a criminalização do aborto é um ato de tratamento cruel e inumano do Estado contra as mulheres.

Um Estado que se sustenta na cultura dos direitos humanos não age cruelmente contra metade de sua população, caso se considere que o aborto é um tema exclusivamente das mulheres, o que seria tão absurdo quanto sustentar que o racismo diz respeito apenas às minorias raciais. A crueldade está em punir as mulheres pelos corpos que habitam, em proibi-las de ter acesso às medidas sanitárias que protegem suas necessidades de saúde, em ignorar suas preferências individuais sobre como conduzir suas vidas. Um ato é cruel quando impõe sofrimentos físicos ou mentais, com o objetivo de castigar por algum ato cometido. No caso da criminalização do aborto, o castigo é ao sexo, expresso no corpo da mulher pela gravidez não planejada, mas que deve ser alvo permanente do controle por valores patriarcais.

Mas é possível analisar ainda mais delicadamente o tema da criminalização do aborto como uma violação de um dos direitos mais básicos da vida digna o direito a estar livre de tortura. O Supremo Tribunal Federal irá decidir em breve se as mulheres grávidas de fetos com anencefalia podem ou não antecipar o parto. A anencefalia é uma má-formação fetal incompatível com a sobrevida do feto fora do útero. A ação de anencefalia foi proposta em 2004 e é um pedido de proteção das mulheres ao Estado: elas querem o direito de abreviar o luto pelo feto que não sobreviverá ao parto. No entanto, as mulheres ainda são obrigadas a se manter grávidas, mesmo sabendo que em breve enterrarão o filho. Não tenho dúvidas de que o dever da gestação nestes casos deve ser classificado como um ato de tortura do Estado contra as mulheres.

É nesse marco político que deve ser entendida a recomendação do PNDH. A descriminalização do aborto não é um ato de afronta religiosa, mas de proteção às liberdades individuais. É um reconhecimento público de que o Estado brasileiro não age cruelmente face às necessidades de saúde das mulheres. É uma afirmação de que vida digna para as mulheres em idade reprodutiva significa conceder-lhes a soberania do direito de escolha. Não deve haver punição nem castigo para as mulheres que abortam. Assim como milhões de outras mulheres, as mulheres brasileiras querem viver em um país que reconhece a descriminalização do aborto como uma medida de proteção aos direitos fundamentais.

*Professora da UnB e pesquisadora do Instituto de Bioética, Direitos Humanos e Gênero (Anis)

quinta-feira, 14 de janeiro de 2010

Sobre o Haiti - Solidariedade

Prezadas companheiras da MMM,

É com muito pesar que escrevemos a todas hoje, dois dias depois do terremoto catastrófico no Haiti. Estamos muito consternadas e ainda mais tristes com as imagens e notícias que recebemos nas últimas 48 horas, além disso, estamos muito preocupadas pelas nossas companheiras da MMM neste país.

Temos tentado entrar em contato com as companheiras da Coordenação Nacional e dos grupos participantes da MMM no Haiti, mas até o momento presente, não conseguimos falar com nenhuma delas. Chegou a nós a trágica notícia de que faleceram no terremoto nossas companheiras Magalie Marcellin do Kayfanm e Myriam Merlet, militante feminista e atual encarregada do Ministério das Mulheres. Que seus familiares e amigos recebam nossos pensamentos e solidariedade.

Uma boa notícia é que Camille Chalmers, do PAPDA e Jubileu Sul, amigo próximo da MMM e de nossos movimentos sociais aliados, sobreviveu junto com sua companheira e seus filhos, mesmo que sua sogra tenha falecido e sua casa tenha sido destruída.

Estamos avaliando a melhor maneira para ajudar, como mulheres preocupadas em todo o mundo. O que sabemos é que nossa solidariedade é muito necessária, e que também vai ser indispensável a médio e longo prazo. Por favor, pensem em como começar a mobilizar dinheiro e outros recursos em seus países, lembrando que os demais recursos – comida, água, roupas, etc – só devem ser coletadas se vocês sabem um meio de fazê-los chegar ao Haiti. Por favor, nos mantenham informadas de qualquer iniciativa de solidariedade que vocês façam parte em seus países.

Assim que tivermos mais informações a respeito de nossas companheiras do Haiti e como poderemos oferecer nossa ajuda aos que sobreviveram, enviaremos a todas.

Em solidariedade feminista com nossas companheiras e companheiros de Haiti,

Marcha Mundial das Mulheres

sexta-feira, 8 de janeiro de 2010

Governo regulamenta lei que prorroga licença-maternidade para 6 meses


O presidente Lula assinou na última quarta-feira, dia 23, o decreto nº 7.052, que regulamenta a Lei nº 11.770, de 9 de setembro de 2008, que cria o Programa Empresa Cidadã, destinado à prorrogação da licença-maternidade, no tocante a empregadas de pessoas jurídicas.

Conforme o artigo 3° do decreto, as pessoas jurídicas poderão aderir ao Programa Empresa Cidadã, mediante requerimento dirigido à Secretaria da Receita Federal.

O decreto entra em vigor na data de sua publicação, produzindo efeitos a partir de 1º de janeiro de 2010.
Fonte: contrafcut.org.br

Obs.: O benefício estará disponível desde que a empregada requeira a prorrogação do salário-maternidade até o final do primeiro mês após o parto.

Comentário nosso:
considerando a divisão dos cuidados com as crianças, é também necessária a ampliação da licença paternidade (hoje é de apenas 10 dias...).